GANTE VS BRUSELAS: Dos modelos de ciudad en el corazón de Europa

Artículo de JESÚS FREIRE VALDERRAMA (@yessfreire), Policy Assistant en la European Cyclists Federation.

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Estación de Gante y aparcabicis

EL USO DE LA BICICLETA ESTÁ ASOCIADO AL FOMENTO DEL TRANSPORTE PÚBLICO

Gante, sábado 12.30 del medio día. Es la única mañana soleada de toda la semana. Hace frío, las temperaturas no sobrepasarán hoy los 12 grados.

 Al llegar a la estación de tren, en plena rehabilitación, sorprende su inmenso aparcamiento para bicicletas. Llama más la atención el hecho de estar a 30 minutos de Bruselas, capital de Europa, de Bélgica y de Flandes. Bruselas es, por así decirlo, la antítesis de lo que la UE dice querer para los europeos: ciudades saludables, con calidad de vida, accesibles y humanas.

 

Estación de bicis subterránea y cargobikes para mercancías

Estación de bicis subterránea y cargobikes para mercancías

Gante transmite lo contrario a esa inmensa tela de araña de grandes avenidas congestionadas de coches que se dibuja en Bruselas. Las miles de bicicletas aparcadas en su estación de tren, otras tantas en la cercana estación de autobuses (con unas modernas instalaciones subterráneas, videovigilancia, espacios para recargar bicicletas eléctricas, cargobikes -bicis de carga de mercancías-, taller, punto de alquiler…) nos da una idea de lo que debe ser un día normal en esta ciudad del tamaño de Granada.

Sus miles de estudiantes y trabajadores llegan cada mañana a la estación de bus o tren, donde dejaron aparcada su bici el día anterior. Al llegar allí toca la búsqueda de su vehículo, a la  que algunos de ellos dicen dedicar más de diez minutos… “No en encontrarla, ¡en llegar a donde la tienen aparcada!”, te dicen con una sonrisa.

Wini me confiesa: “Si no tuviera mi bicicleta aquí, el tren me quedaría demasiado apartado de mi trabajo”. Ella recorre diariamente siete kilómetros en bici, desde la estación a la escuela donde es profesora. La empresa belga de trenes (su RENFE) sabe que así se desplaza ella y miles de sus clientes. Por eso promueve y dedica a la bicicleta gran parte del espacio disponible en el entorno de la estación. También dispone de su propio sistema de préstamo de bicis. Desde la empresa reconocen a este vehículo no como un problema o competencia,  sino como un modo de ampliar el radio de acción de las estaciones hasta aumentar por cinco a la población servida. De este modo, se convierte en el principal aliado del tren y el autobús, la bici ayuda a completar el trayecto y anima a dejar el coche en casa.

Boulevard lleno de bicis en Gante

Boulevard lleno de bicis en Gante

Sin embargo, en Bélgica no es oro todo lo que reluce. A pocos kilómetros de Gante, en Bruselas, en la flamante capital de la Unión, la situación es radicalmente distinta. Desde la década de 1970, los sucesivos gobiernos han invertido ingentes cantidades de recursos públicos en túneles, en soterrar trenes y tranvías, para ganar en la ciudad territorio para el coche. Lo han conseguido, es a día de hoy la ciudad más congestionada de Europa. En un mismo país, a pocos kilómetros de distancia, conviven estas dos realidades. La clave y el por qué de esta diferencia no estriba en que los ciudadanos de Gante sean diferentes a los de Bruselas, la diferencia es la apuesta que se ha hecho desde la gestión pública por diferentes modelos de ciudad.

 Si queremos fomentar el uso del transporte público hay que apostar por la bicicleta y si queremos más bicicletas hace falta más y mejor transporte público. La alianza peatón, ciclista y usuario del transporte público es la única respuesta en unos entornos urbanos cada vez más degradados. La UE alerta: nuestra ciudades se asfixian, Europa y los europeos enferman.

 

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