Movilidad y salud en las ciudades andaluzas

#SaludnosMueve evalúa los contaminantes con mayores efectos para la salud y presenta un nuevo modelo de movilidad sostenible para las áreas metropolitanas

Las relaciones entre la salud y la movilidad son bien conocidas, pero sin embargo, raramente aparecen de forma conjunta en la planificación o regulación de la movilidad urbana. En otros términos: los estudios de movilidad abordan objetivos de  funcionalidad y de mantenimiento del servicio, pero no incluyen una valoración de los beneficios o efectos sobre la salud de los ciudadanos. La combustión de los carburantes derivados del petróleo utilizados en la movilidad, además del conocido efecto invernadero por emisión de CO2, es responsable de buena parte de la contaminación atmosférica presente en las ciudades.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recuerda periódicamente en sus informes  que son muchos y graves los efectos a corto y a largo plazo que la contaminación atmosférica puede ejercer sobre la salud de las personas. Aumenta el riesgo de padecer enfermedades respiratorias agudas, como la neumonía, y crónicas, como el cáncer del pulmón y las enfermedades cardiovasculares. Los grupos más vulnerables, como los niños, los ancianos y las personas con enfermedades crónicas, son más susceptibles a los efectos nocivos de dicho fenómeno.

En su último informe, la OMS denuncia que la contaminación del aire ha crecido un 8% a nivel mundial en los últimos cinco años, y que se evalúa en miles de millones las personas expuestas en todo el mundo a niveles de contaminación atmosférica superiores a las admisibles. La OMS se basa  en datos recopilados en más de 3000 ciudades, y concluye que anualmente más de 7 millones de personas mueren prematuramente por los efectos de la contaminación. También identifica claramente al sector del transporte como uno de los principales responsables de esta situación.

Sin duda, ello es una consecuencia directa de una economía altamente dependiente del carbono, de los derivados del petróleo, tanto en lo que se refiere a la producción de energía como en particular en la movilidad. Pese a las claras indicaciones de la Unión Europea sobre la necesidad de avanzar hacia un modelo de economía más sostenible, y particularmente en el sector transportes, nuestra dependencia del petróleo sigue siendo muy elevada. La actual tasa del 96% de dependencia del petróleo en el sector del transporte es insostenible. Se estima que en Europa el 30% de las emisiones de CO2  proceden de la movilidad, pero este porcentaje se incrementa notablemente para el monóxido de carbono CO (un 87%) y óxidos de nitrógeno NOx (un 66%).

Un vehículo medio, con combustible derivado del petróleo, emite por su tubo de escape una combinación de más de mil sustancias contaminantes, entre las que destacan por su nocividad el CO2, que disminuye la capacidad de transporte de oxígeno por la sangre, y los óxidos de nitrógeno (NOx), que irritan el sistema respiratorio y aumentan la susceptibilidad a las infecciones respiratorias, contribuyendo, además, a la formación de lluvia ácida.  Los compuestos orgánicos volátiles (COVNM) pueden ocasionar diversas afecciones de carácter cancerígeno, alergias, enfermedades respiratorias o cardiovasculares.

Pero sin duda, uno de los contaminantes con mayores efectos sobre la salud son las partículas en suspensión, y en especial las PM10, partículas de tamaño inferior a 10 µm, que corresponden a todo el rango de partículas finas pequeñas, denominadas «partículas inhalables», generadas en parte por los vehículos diesel. Estas partículas penetran en los pulmones hasta los bronquiolos, los bloquean y evitan el paso del aire, lo cual conlleva deterioro de los sistemas respiratorio y cardiovascular. En las ciudades andaluzas el contaminante que con mayor frecuencia sobrepasa los valores umbral son las partículas PM10, originadas en su mayor parte por la combustión de diesel.

Con la crisis económica, el nivel de emisión de estos contaminantes, al igual que el de los GEI, ha ido paulatinamente reduciéndose desde 2008. Pero en el 2014 se ha iniciado un lento ascenso, que de consolidarse, al igual que el esperado incremento de la movilidad, generaría de nuevo episodios frecuentes de intensa contaminación.

UN NUEVO MODELO DE MOVILIDAD

Movilidad

JORNADAS MOVILIDAD Y SALUD

El problema es efectivamente tan acuciante que necesita una apuesta decidida por un nuevo modelo de movilidad, orientado al desarrollo de tres líneas básicas:

  • Reducir la movilidad, lo que exige no solo medidas sobre el transporte, sino que afecta a la ordenación territorial y al planeamiento urbanístico. Hay también que impulsar la movilidad de la información como sustitutiva de una parte significativa de la movilidad personal.
  • Mejorar la movilidad hacia modos más eficaces en términos de consumo, dando prioridad al transporte público y a los medios no motorizados (a pie y en bicicleta).
  • Mejorar la calidad de la energía utilizada y la eficiencia directa en su utilización, dando prioridad a vehículos con fuentes de energía alternativa a los combustibles fósiles.

Ello implica no solo medidas infraestructurales (potenciación de potentes y eficaces sistemas de transporte público) y medidas tecnológicas (impuestas o incentivadas desde la UE) sino principalmente medidas de gestión, que en el caso de las áreas metropolitanas, donde se concentran los problemas derivados de la contaminación atmosférica, deben superar la escala local-municipal para abordar sistemas y medidas a escala supramunicipal, extendidas a todo el área metropolitana.

EL CASO DE JAÉN

En Jaén, la Junta ha apostado por este modelo, construyendo un tranvía de carácter urbano aunque con conexiones metropolitanas. Entregada la obra al Consistorio municipal en 2011, aún no ha entrado en servicio. Las recientes conversaciones entre Junta y Ayuntamiento permiten esperar la reactivación del tranvía, redimensionando la oferta de servicios (3-4 trenes, con frecuencia de 10-15 min, siendo de 30 min en hora valle). La Junta se comprometería además a participar en la financiación de su gestión, asumiendo un 40% del déficit de explotación, considerando este un porcentaje equivalente a la demanda de carácter metropolitano asumida por el tranvía. Este tranvía, con 4,7 kms y 10 paradas, tendría una demanda estimada en 2 millones de viajes anuales.

Infraestructuras

JORNADAS MOVILIDAD Y SALUD_Tranvía de Jaén

Además, el Plan Andaluz de la Bicicleta, aprobado en 2014, propuso una red de 13 nuevos kilómetros, del que se redactaron los proyectos para su ejecución. La falta de acuerdo Junta-Ayuntamiento ha impedido hasta el momento su ejecución.

Para hacernos una idea, solo dar unos datos. En una ciudad como Jaén y su área metropolitana, en un día laborable se producen 439.574 desplazamientos (datos del IECA 2011). En torno al 50% de estos desplazamientos se producen en coche. Si las principales medidas de movilidad sostenible (mejora del transporte público y fomento de la movilidad activa) captaran, cada una de ellas, un 5% más de los desplazamientos en detrimento del coche, este descenso de un 10% de los desplazamientos en coche supondría un ahorro en la emisión de NOx de más de 0,025 tn al día, y de 0,0022 tn de partículas en suspensión.

Pero además, en relación a la salud, las políticas de movilidad urbana activa, que conllevan siempre un aumento de la actividad física, se comportan como un seguro de vida para los ciudadanos. Está demostrado que desplazarse diariamente a pie o en bicicleta genera beneficios directos para la salud:

  • Reduce el riesgo de padecer enfermedad cardiovascular, cáncer de colon, y diabetes.
  • Ayuda a controlar el sobre peso, la obesidad y el porcentaje de grasa corporal.
  • Fortalece los huesos aumentando la densidad ósea.
  • Fortalece los músculos y mejora la capacidad para hacer esfuerzos sin fatiga.
  • Mejora el estado de ánimo y disminuye el riesgo de padecer estrés, ansiedad y depresión; Aumenta la autoestima y proporciona bienestar psicológico.
  • Fomenta la sociabilidad.
  • Aumenta la autonomía y la integración social, sobre todo en los discapacitados físicos, psíquicos y personas mayores.

Así, si se introduce la mejora de la salud pública como un objetivo en las políticas de movilidad, la potenciación de la movilidad activa (a pie y en bicicleta) debe constituir un eje central, sobre la que se articulan el resto de las medidas.

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